Hoy ha sido la inauguración del 6° Seminario de Técnica Legislativa en Montevideo, Uruguay. Se han tocado temas muy interesantes, pero ha llamado mi atención la mesa redonda en la que participan connotados políticos españoles como Delia Blanco, Diputada, Javier Barrero, Diputado, Ana María Pastor, Diputada y Piedad García-Escudero, connotada catedrática y jefa del Departamento de Estudios Jurídicos del Congreso de Diputados de España. Ésta última ha planteado la interesante idea de que los procedimientos legislativos tienen dos finalidades: la primera de carácter político, intentando aunar y plasmar la voluntad en un texto relevante y en segundo lugar una finalidad técnica cual es mejorar la calidad técnica de la normativa,
Quienes tenemos la vocación técnica tenemos que ser prudentes y saber que lo que primará es el criterio político, es por eso que las propuestas deben ser cautelosas de manera que se vaya abriendo paso a recibir y aceptar determinados criterios técnicos en el mundo político. Acá la frustración no opera, esto es un proceso de aceptar los criterios políticos y desde el punto de vista técnico, buscar alcanzar criterios coincidentes que constituyan un aporte al contenido de las normas.
Ante esto se me viene un pensamiento de manera obligatoria: que importante sería que en nuestro país se asumiera que este rol del asesor parlamentario, en cuanto rol técnico, debe estar íntimamente ligado al rol que el político representa en sede legislativa. Como señaló
Así, veo que en Chile el camino de las confianzas y credibilidad es el que hay que construir como puente entre lo político y lo técnico en el proceso de legislar… creo que es la forma.
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